بِسْمِاللّٰهِالرَّحْمٰنِالرَّحِيْمِ
En el nombre de Dios, el Compasivo con toda la creación, el Misericordioso con los creyentes.
يٰٓاَيُّهَاالَّذِيْنَاٰمَنُوْالَاتُقَدِّمُوْابَيْنَيَدَيِاللّٰهِوَرَسُوْلِهٖوَاتَّقُوااللّٰهَاِنَّاللّٰهَسَمِيْعٌعَلِيْمٌ١
¡Oh, creyentes! No se pongan a ustedes mismos por encima de Dios y Su Mensajero, y tengan temor de Dios; Dios todo lo oye, todo lo sabe. [1]
يٰٓاَيُّهَاالَّذِيْنَاٰمَنُوْالَاتَرْفَعُوْٓااَصْوَاتَكُمْفَوْقَصَوْتِالنَّبِيِّوَلَاتَجْهَرُوْالَهٗبِالْقَوْلِكَجَهْرِبَعْضِكُمْلِبَعْضٍاَنْتَحْبَطَاَعْمَالُكُمْوَاَنْتُمْلَاتَشْعُرُوْنَ٢
¡Oh, creyentes! No levanten sus voces sobre la voz del Profeta, y no hablen con él del mismo modo que hablan entre ustedes, pues sus obras se podrían malograr sin que se dieran cuenta. [2]
اِنَّالَّذِيْنَيَغُضُّوْنَاَصْوَاتَهُمْعِنْدَرَسُوْلِاللّٰهِاُولٰۤىِٕكَالَّذِيْنَامْتَحَنَاللّٰهُقُلُوْبَهُمْلِلتَّقْوٰىلَهُمْمَّغْفِرَةٌوَّاَجْرٌعَظِيْمٌ٣
Quienes bajan sus voces cuando están en presencia del Mensajero de Dios son aquellos a los que Dios purificó sus corazones, infundiendo en ellos el temor devocional. Ellos recibirán perdón y una recompensa magnífica. [3]